lunes, 6 de junio de 2011

Bala perdida

Basto corresponder unas cuantas pocas miradas para asegurar mi propio velorio, no recuerdo el momento exacto cuando comenzó a mirarme.
Miradas solo fueron eso, de inmediato supe que significaban algo, lo que no supe fue que eran miradas malignas de desgracia y sin sabor. Era muy pronto para saber que cavaría hueco de mi propia tumba y prepararía el filo del cuchillo de me herida.
Si hubiese podido al menos sospecharlo quizá   mitigaría el dolor o simplemente no hubiese pasado.
Tuve todo para salvarme pero sin reservas me entregue al enemigo, con  antecedentes que me gritaban la verdad, no fui capaz ni siquiera de sospechar los planes de ese disfraz de oveja, en un momento pensé que el mundo era mío  que había recuperado lo perdido alguna vez; eso hizo al golpe más contundente. Directo al corazón.  

Frinny M. Torres
Copyright 2011©

2 comentarios:

  1. Temo que no sea un glorioso enemigo, el que, glorificado por la inocencia de su contendor, clave sus zarpas hondo, sin conocer consecuencias.

    ResponderEliminar
  2. Ciego por la hipnosis del amor, o lo que parecía serlo, herimos a los de frágil corazón, cometiendo sin saberlo crímenes de ilesa humanidad, El amor un armar mortal.

    ResponderEliminar