Basto
corresponder unas cuantas pocas miradas para asegurar mi propio velorio, no
recuerdo el momento exacto cuando comenzó a mirarme.
Miradas
solo fueron eso, de inmediato supe que significaban algo, lo que no supe fue
que eran miradas malignas de desgracia y sin sabor. Era muy pronto para saber
que cavaría hueco de mi propia tumba y prepararía el filo del cuchillo de me
herida.
Si
hubiese podido al menos sospecharlo quizá mitigaría el dolor o
simplemente no hubiese pasado.
Tuve
todo para salvarme pero sin reservas me entregue al enemigo, con
antecedentes que me gritaban la verdad, no fui capaz ni siquiera de sospechar
los planes de ese disfraz de oveja, en un momento pensé que el mundo era
mío que había recuperado lo perdido alguna vez; eso hizo al golpe más
contundente. Directo al corazón.
Frinny
M. Torres
Copyright
2011©
Temo que no sea un glorioso enemigo, el que, glorificado por la inocencia de su contendor, clave sus zarpas hondo, sin conocer consecuencias.
ResponderEliminarCiego por la hipnosis del amor, o lo que parecía serlo, herimos a los de frágil corazón, cometiendo sin saberlo crímenes de ilesa humanidad, El amor un armar mortal.
ResponderEliminar